EUROPA
PRESS
24 mayo
2022
¿Cómo
afrontar la primera 'operación bikini' tras la pandemia? Los expertos aconsejan
Expertos del Instituto Médico Europeo
de la Obesidad (IMEO) han destacado la necesidad de llevar a cabo una dieta
hipocalórica para bajar de peso de cara a la 'operación bikini' y después de la
pandemia del coronavirus.
"Algunos de los retos a los que tendrá que hacer frente
la actual 'operación bikini' son bastante preocupantes, como la venta ilegal de
pastillas adelgazantes, las rutinas deportivas desmedidas con alta probabilidad
de abandono y lesiones, el efecto rebote de unas dietas demasiado restrictivas
seguidas por excesos gastronómicos sin control, sin olvidar las reacciones
emocionales negativas alimentadas por la frustración y las prisas por perder
los kilos ganados durante la pandemia", ha dicho el portavoz del IMEO,
Rubén Bravo.
Por todo ello, ha recordado que lo primordial es adelgazar
con salud, tener objetivos realistas y plantearse la operación bikini a largo
plazo, aprovechando la época estival y el tiempo libre para adquirir y mantener
un estilo de vida activo, sintonizando actividad física y alimentación, con una
visión positiva y bajo supervisión profesional.
Las prisas son el peor consejero a la hora de comenzar la
'operación bikini', una técnica para bajar de peso que muy pocas veces va
ligada a la salud, ya que su premisa esencial es lograr resultados rápidos a
cualquier precio: dietas milagro ultra-restrictivas, pastillas de origen
desconocido o efectos impredecibles, y un ejercicio extenuante poco adaptado
con alto riesgo de lesiones.
Por tanto, el primer reto al que nos enfrentamos es
proponernos unos objetivos realistas, tanto a corto como a largo plazo. Esto
reducirá el riesgo de frustración por fracaso y favorecerá el mantenimiento de
los hábitos y el control del peso en el tiempo.
Para bajar de peso es necesario llevar una dieta
hipocalórica en la que se consuma una cantidad óptima y balanceada tanto de
energía, como de macro y micronutrientes. Así, ha aconsejado excluir ciertos
nutrientes de nuestra alimentación o saltarse comidas, por lo que el objetivo
será comprender que esto sólo nos generará problemas tanto a nivel de salud
física (mareos, dolores de cabeza, bajadas de tensión y azúcar, estreñimiento),
como en el ámbito emocional (ansiedad, irritabilidad, frustración,
decaimiento).
Es fundamental huir de las dietas milagro que proliferan en
la red, porque suelen ser deficitarias en ciertos nutrientes, siendo lo ideal
acudir a un dietista-nutricionista para obtener un plan personalizado y
adaptado a nuestra situación y requerimientos.
Otro riesgo de la operación bikini es el efecto rebote,
pasando de un extremo al otro, dándose un libertinaje gastronómico tras semanas
de hambre. Para evitar este escenario se deben adoptar cambios que a largo
plazo marcarán la diferencia.
En este sentido, la recomendación es aumentar la ingesta de
frutas, verduras y hortalizas, repartir las comidas en tomas pequeñas cada 3-4
horas y priorizar los alimentos frescos, dejando de lado los ultra-procesados.
Asimismo, sería importante planificar las vacaciones, teniendo en cuenta el
cuidado de nuestra salud y su actual estado.
Si se tiene sobrepeso u obesidad, habría que evitar en la
medida de lo posible opciones de 'todo incluido' y hoteles con buffet libre, ya
que incitarán a comer más de la cuenta con su abundante oferta de alimentos
insanos, ricos en calorías vacías, azúcares y harinas refinadas, grasas
saturadas y sal.
A la hora de acudir a un restaurante, aconseja optar por
pedir a la carta en lugar del menú, donde la ingesta suele ser muy superior,
favoreciendo la ganancia de peso y grasa corporal. También sería preferible
comer por raciones, y no por tapas, para no ceder ante la variedad.
Se puede optar por alimentos más saciantes con menor aporte
de calorías, como serían las carnes a la brasa, el marisco, las gambas o el
pulpo a la plancha y las verduras asadas. La hidratación en verano es clave; el
agua y las infusiones deben ser la bebida habitual, desplazando a un consumo meramente
anecdótico los zumos, refrescos azucarados o edulcorados y las bebidas
alcohólicas, ya que estos últimos aportan muchas calorías vacías, aumentan la
apetencia al dulce y elevan el riesgo de otras patologías como diabetes,
hipertensión, hígado graso o disbiosis.
Los días que pasaremos fuera de casa, se puede organizar un
picnic o picoteo saludable a base de frutas, frutos secos y bocadillos de pan
integral, rellenos de algún vegetal (tomate, lechuga), además de proteínas de
calidad (tortilla, hummus, atún, pollo).
La actividad física, indispensable para el bienestar físico
y mental
En la época estival es más fácil perder peso, porque
disminuye el apetito, se toman más líquidos y se come menos. El sudor ayuda a
regular la temperatura corporal, pero no por ello se quemarán más calorías; más
bien se pierden agua y minerales.
Para quemar grasa es necesario que el calor sea generado
desde el interior, acelerando el metabolismo mediante ejercicio físico y una
alimentación funcional. "La actividad física regular es otra de las
claves, porque beneficia nuestra salud y equilibrio emocional, fortalece las
articulaciones, los músculos y el sistema cardiovascular, nos ayuda a liberar
endorfinas, potencia el bienestar y disminuye los niveles de estrés", ha recalcado
Bravo.
Tras fijar nuestro objetivo, tonificar, reducir grasa y
perder peso o aumentar la masa muscular, hay que pasar a la acción, optando por
actividades concretas de intensidad media o alta, siendo lo ideal practicarlas
cuatro veces a la semana, una hora al día.
Como regla general, es preferible alternar el trabajo cardio
o aeróbico con ejercicios de estiramientos y tonificación muscular, evitando
realizarlos en días seguidos.